04 September 2010

El espacio Irrecuperable del Silencio










El exceso es toda la medida de nuestra actual experiencia que se torna siempre y cada vez más, expansivo. Expansivo también en la necesidad de palpar una exacerbada realidad que nos devuelva, entre tanto ruido, a un estado de presencia. Así es como el deseo no cabe ya en nuestro cuerpo, olfateamos a la distancia los límites que, ilusoriamente, nos contengan en un sentido. Sentido imposible porque la razón transforma todo en laberinto. ¿Dónde está el silencio?

Esta propuesta de intervención espacial intenta abrir campo a la experiencia del límite corporal y racional para suspender el tiempo en el vacío. Se inicia en la desposesión del pensamiento, en la transformación del mismo en nada. Quiere conducir la vivencia a la utopía de la disolución, porque ahí no hay posibilidad del engaño de la razón, porque ahí sencillamente no hay ninguna posibilidad.

En esta figuración de la nada, se ofrece la liberación de una estricta relación discursiva, para que entonces apareza el cuerpo solo, como lugar propio de experimentación, como esfera de dislocación y movilidad del sinsentido.

Ficha Técnica:
Concepto e instalación: Valeria Andrade
Video Cerca en el Campo: Paúl Rosero
Video Calle de las 7 Cruces: Pedro Cagigal
Video punto: Galo Terán
Curaduría: Patricio Palomeque
Galería Proceso (Cuenca-Ecuador)


02 September 2010

Valeria encuentra a Vigorexia

INTERFERENCIA
video performance/intervención urbana con la colaboración de la artista brasilera Rose Boaretto y Paúl Rosero.
Ella se levanta en la ansiedad, tras su pequeña muerte para encontrar en los límites de lo abyecto un nuevo sentido para su existencia. Ahí está Vigorexia, la fuerza interna que revierte el transtorno, el desorden emocional, para elevar una voz que señala de frente al miedo.

Cámara y Edición: Paúl Rosero
En: Espacio Diverso/Colectivo de arte La Bicicleta
Quito 2009

01 September 2010

Doble Faz de Vigorexia












El personaje de Vigorexia parte de un proceso de reflexión en torno a la subjetividad, que ha sido una fuente de investigación constante en mi trabajo. Subjetividad construida andinamente desde paradigmas morales judeo católicos que norman y delimitan una forma de pensamiento femenino, de percepciones de la realidad con sus consecuentes sentimientos, emociones o sensaciones. Así se regulan una serie de prácticas corporales privadas y públicas para seguir sosteniendo un régimen de dominación masculina que discrimina, menosprecia, sigue negando, violenta, agrede, utiliza a la mujer. Mujer que por otra parte, desde su educación reproduce consciente e inconscientemente patrones del sistema.

De este modo, las relaciones se desarrollan a partir de hábitos equívocos, los cuales transcriben una doble moral: la del deseo inevitable que busca el placer y la de la apariencia puritana que intenta borrar los rastros del mismo. Se construye una normativa tácita de comportamiento, fundada en la hipocresía. Esa es, perversamente, la subjetividad, por tanto, las ideas que de nosotras mismas tenemos como mujeres. Ideas desde las que nos proyectamos, a pesar de nosotras mismas, porque la estructura cultural nos antecede y trasciende.

¿Qué sucede si expando estos límites propios y asumo la libertad de ser y estar, de mirar y ser mirada en mis actos que se rebelan ante esa hipocresía? ¿Qué tal si libero mis propios prejuicios y encarno aquello que temo desde la mirada, el desdén del otro? ¿Qué tal si me proclamo zorra, pilla, perra, chulla, fishfica, fisfitilla… y niego desde esta posición la condición de mojigata?

Entonces, abro un espacio de vacío y en ese vacío, encontraré nuevas posibilidades de relacionarme con nos-otr@s.


DOBLE FAZ
Es una danza que aborda la contradicción de una doble moralidad, la doble cara: la del deseo que borra sus rastros para guardar la otra cara de la apariencia. La culpa y el deseo, el deseo propio y del provocado que transgrede el comportamiento aceptado públicamente.
Porque no hay principio ni final. La una contiene a la otra, necesariamente, ambas comparten un ser y la amplitud de un cuerpo que admite la contradicción sin resquebrajamientos de conciencia, porque la identidad y la alteridad, igualmente irrealizables, siempre buscarán a su doble.

Ficha Técnica
Concepto y ejecución: Valeria Andrade
Audio y video: Paúl Rosero
Diseño de vestuario: Dayana Rivera
Fotografía: Gonzalo Guaña
En el marco del Festival de Danza In Vitro (Cuenca-Ecuador)